Los hay de muchos tipos: hombres, mujeres, jóvenes, mayores, cultos, expertos, y algunos sobrenaturales. Este es el caso de nuestra querida Mª Carmen, el alma de Santa María, la mujer que con ese arte personal cautivaba hasta al andaluz más soso de la Tierra.
Ahora ya no está con nosotros físicamente, ya no pondrá más la pila en el centro del altar o abrirá las puertas de la Parroquia, pero seguro que en la Inmaculada Concepción de su Virgen de los Ángeles es uno de los angelitos que aparecen a sus pies, y cuando cada Domingo de Ramos suene la marcha “Macarena”, su corazón será una de las velas rizadas que alumbren a su Virgen, y en las caídas del Viernes Santo será cirineo que acompañe a su Jesús de la Vereda.
Siempre estará en nuestros corazones y en nuestras oraciones, y la recordaremos con su desparpajo y su sensibilidad arrolladora.
Mari Carmen, la Sacristana de Santa María. Ha cautivado el corazón del todos los jóvenes de su parroquia. Foto: J.M. Rodriguez Vázquez |
mari carmen era mu grande y a todos los jovenes de santa maria nos queria mucho, una gran perdida
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